Enclavada al norte de Maracaibo, la Laguna de Las Peonías no solo es un remanso de serenidad, sino también un escenario privilegiado para presenciar amaneceres que roban el aliento.
Cada mañana, el cielo sobre la laguna se incendia con una paleta de colores vibrantes, desde los suaves tonos pastel hasta los naranjas y dorados intensos que se reflejan en sus aguas calmas, creando un espectáculo visual de ensueño.
La luz naciente acaricia la vegetación circundante, despertando la sinfonía de la vida silvestre. En el límite entre los municipios Mara y Maracaibo, estado Zulia, se evidencia la singular Laguna de Las Peonías.

Declarada Parque Metropolitano Las Peonías desde 1968, este reservorio natural de agua dulce, protegido por el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, es mucho más que un cuerpo de agua: es un ecosistema único y un atractivo turístico de renombre mundial.
Su nombre evoca la sabiduría ancestral de los indígenas Wayúu, quienes asocian las semillas rojinegras expulsadas por los manglares con la protección contra el mal de ojo, la buena suerte y la salud. Rodeada por cuatro especies de mangles (rojo, blanco, negro y de botoncito), la laguna presenta una profundidad máxima de 60 a 80 centímetros.

Un fenómeno natural particular, la clorificación de las hojas de mangle, tiñe el agua de forma natural, purificándola y nutriendo a una variada fauna acuática que incluye palometas, curvinas, camarones, robalitos, cangrejas , cachamas, entre otros. La pesca está prohibida, convirtiendo a la laguna en un santuario para garzas blancas y grises, corocoros, patos, gavilanes y pelícanos.
Sin embargo, la estrella indiscutible de Las Peonías es el elegante flamingo o flamenco rosado. Estas aves migratorias, provenientes de Centroamérica, consiguieron en este lugar alimentarse con camarones y una bacteria que intensifica su característico color.
La Laguna de Las Peonías ostenta una distinción especial: es una de las únicas tres lagunas en el mundo con características similares, compartiendo esta rareza con un cuerpo de agua en África y otro en Australia. Esta singularidad, sumada a su belleza escénica y su rica biodiversidad, la convierte en un destino de especial atractivo turístico.
Más allá de su valor ecológico y paisajístico, la laguna también ofrece espacios para la recreación y el deporte, siendo escenario para la práctica del canotaje y competencias acuáticas a nivel municipal, regional y nacional.
La Laguna de Las Peonías es, sin duda, una joya natural zuliana que invita a la contemplación, al respeto por la biodiversidad y al disfrute de un paisaje único en el planeta. Un tesoro que merece ser preservado y admirado en todo su esplendor.
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Rosell Oberto