Este domingo 29 de junio se conmemoran 106 años del fallecimiento del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, quien perdió la vida en 1919 tras ser atropellado por un automóvil en la esquina de Amadores, en La Pastora, Caracas. Tenía 54 años y una vida dedicada al servicio, la ciencia y la fe.
Nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, estado Trujillo, José Gregorio se graduó como médico en la Universidad Central de Venezuela el 29 de junio de 1888, fecha que, con el tiempo, marcaría también su despedida física. Fue científico, profesor, filántropo y un hombre profundamente espiritual, conocido por su entrega desinteresada a los más necesitados, lo que le valió el cariño del pueblo como “el médico de los pobres”.
Su legado trascendió lo terrenal. En 2020, el papa Francisco aprobó el milagro atribuido a su intercesión, la sanidad de la niña Yaxury Solórzano Ortega, lo que condujo a su beatificación el 30 de abril de 2021. Y este año, el 25 de febrero, el Vaticano autorizó su canonización, prevista para el 19 de octubre de 2025, convirtiéndolo en el primer santo venezolano.
El presidente Nicolás Maduro rindió homenaje a su memoria a través de un emotivo mensaje en redes sociales, destacando que desde su infancia ha sido testigo del poder sanador de su intercesión. “José Gregorio nos pertenece a todos y todas, y su luz divina sigue tocando nuestras vidas”, expresó. Lo describió como un referente moral, ético y espiritual, símbolo de esperanza y compasión para un pueblo solidario.
Hoy, en cada rincón de Venezuela, su figura sigue viva. Su ejemplo de humildad, entrega y fe nos recuerda que la sanación no solo está en la medicina, sino también en el amor al prójimo.
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