La estructura que hace más de 30 años funcionó como uno de los espacios religiosos más importantes del país, se encuentra casi destruida y en su interior impera la basura. Lejos de ser recuperado, se convirtió en guarida de roedores e indigentes que llegan a consumir drogas
Lo que hace 34 años se inauguró en Maracaibo como una de las obras arquitectónicas de corte religioso más importantes del país por su diseño, estilo y majestuosidad, hoy está casi destruida por los embates del tiempo y la desidia humana. Lejos de tener el esplendor que caracterizaba sus interiores y su espectacular domo, se convirtió en refugio de murciélagos y de indigentes que llegan para dejar toda su inmundicia y consumir drogas. Para los creyentes de la religión católica es una gran pérdida.


El equipo reporteril de Noticia al Día logró ingresar a lo que algún día fue el Museo Ciudad de Dios, una de las estructuras más icónicas y representativas de la región zuliana en la década de los 90 para constatar el desastre en el que se convirtió sus instalaciones, construidas con forma de espiral de planta irregular con dos salas en su interior: una en el altar mayor de dos niveles en forma de anfiteatro y la otra, una capilla al lado del altar mayor que a su vez tiene dos sótanos, tres salones donde funcionaba la biblioteca y la fundación musical Niños Cantores.


El Museo Ciudad de Dios que junto a la iglesia San Tarsicio forma parte del Complejo Ciudad de Dios en la Circunvalación 2 en Maracaibo, fue gestionado por Mons. Gustavo Ocando Yamarte, (quien era el presidente del Instituto Arquidiocesano Niños Cantores del Zulia) y fue inaugurado el 12 de abril de 1.991. Era una edificación super atractiva para el ojo espectador debido a su forma ovoide de planta circular, rodeado en su interior por una rampa continua que recorre sus tres niveles. Tanto el museo como la iglesia fueron diseñados por el arquitecto Ali Manazi.


En el centro de la cúpula había una gran lámpara de cristal del artista español Ángel Atienza y los vitrales en sus accesos eran del mismo autor. Quienes llegaron a visitarlo durante el corto periodo que estuvo funcionando, podrán recordar el órgano electrónico de mil tubos traído desde Alemania, los finos y delicados detalles que ornamentaban toda su estructura, entre estos, los vitrales que abarcaban toda la parte superior de la fachada, las paredes interiores decoradas con frescos del pintor Abdón Romero y las esculturas que estaban en sus tres niveles en espiral, las cuales fueron diseñadas en Maracaibo y elaboradas en talleres orfebres de Italia.


Ya nada de eso existe y en sus espacios solo impera basura y hedores que ahuyentan hasta perros y gatos callejeros. Para muchos marabinos, creyentes del catolicismo, sigue siendo un misterio las razones por las que el Museo Ciudad de Dios fue abandonado al punto de convertirse en otra de las ruinas de la ciudad. Tras su cierre, la estructura se ha venido debilitando progresivamente a causa de la lluvia y el sol, ocasionando filtraciones en el domo que tarde o temprano cederá ante la gravedad.
También en 2018, un incendio provocado por la mano del hombre para extraer el cobre que había en sus instalaciones, consumió muchas de sus grandes imágenes y destruyó todo lo que había en sus cámaras. A pesar que hay instituciones y organismos públicos interesados en rescatarlo para transformarlo en una academia de artes que sirva para capacitar niños en la zona oeste de la ciudad, el daño estructural que presenta es muy severo y en consecuencia, la inversión que se necesita para reconstruirlo es cuantiosa.




















Noticia al Dia / José Gregorio Flores
Fotos y video: José Gregorio Flores