La medicina tradicional de las abuelas no fallaban. Casi siempre era "un tiro al piso" cuando alguien en casa presentaba un leve malestar o dolencia.
Los remedios caseros se han utilizado desde tiempos prehistóricos y a lo largo de los siglos se han adaptado a las nuevas generaciones.
Según los historiadores, la corteza de sauce fue utilizada por los antiguos egipcios e Hipócrates para aliviar el dolor. Años más tarde se convirtió en la base de la aspirina moderna.
Sin embargo, los remedios de la abuela se basan en ingredientes naturales que tratan de calmar o curar por completo las dolencias.
Culebrilla
El herpes zóster o más conocida como culebrilla, es una enfermedad viral causada por el mismo virus que provoca la varicela, y se caracteriza por una erupción dolorosa en la piel que incluye ampollas y picazón.
Para los doctores, el tratamiento se puede basar en medicamentos antivirales, analgésicos y cuidados de la piel; pero en la abuela, el tratamiento es natural y comienza desde frotarle ajo en la piel afectada, ponerle compresas de vinagre de manzana, rayarlas con bolígrafo y hasta rezarlas.
Resfriados
Para el resfriado, las abuelas comienzan a hacer sopas de pollo, que ayudan a calmar la garganta y a combatir la gripe. También infusiones de hierbas, como malojillo y matica de acetaminofén, y como baños de agua caliente, que, según, ayudan a despejar las vías respiratorias y a sentirse más cómodo.
Cólicos
para aliviar los dolores de estómago, un buen té de manzanilla es la mejor opción que ofrece la abuela para tratar indigestiones, cólicos y problemas estomacales.
Circulación
El ajo ha sido ingredientes esenciales tanto en la cocina como en los remedios caseros. Su reputación como antibióticos naturales los ha mantenido en el repertorio de las abuelas durante décadas, reseñó el blog Mundo Mayor.
Ajo para la circulación: Las abuelas recomendaban comer un diente de ajo crudo en ayunas para mejorar la circulación sanguínea y prevenir enfermedades cardiovasculares. Aunque no todos podían soportar su sabor fuerte, este consejo se mantuvo como un clásico y hasta la actualidad lo siguen utilizando.
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