A Javier lo mató la calle y la insensibilidad

Javier, el muchacho de condición indigente que por mucho tiempo deambuló y pernoctó en la avenida 21 de Maracaibo, apareció muerto a tempranas horas de la mañana de este miércoles 25 de junio tendido en las ruinas de una vieja edificación ubicada en plena calle 77 (5 de Julio), al lado de lo que era "Wendy´s".

A las seis de la mañana, aproximadamente, vecinos de la zona avistaron el cadáver semi desnudo y en posición fetal, aparentemente sin signos de violencia. En los alrededores tampoco fueron hallados palos, piedras o cualquier objeto contundente, ni evidencias de haber sido atacado.

Al parecer, Javier murió por la precarias condiciones en las que vivía, abandonado, solo y retraído en su mundo de historietas de super héroes, pues le encantaban los comics de Marvel y la DC, revistas viejas que atesoraba luego de sacar de la basura que siempre hurgaba en las esquinas.

Funcionarios del Cuerpo de Policía Bolivariana del estado Zulia (CPBEZ) fueron las primeras autoridades en llegar al sitio donde murió Javier Cárdenas. Minutos después, una comisión de la policía científica se presentó para iniciar las investigaciones y levantar el cuerpo para su traslado a la morgue forense local.

Lo intentamos

El equipo reporteril de Noticia al Día, liderado por el destacado periodista Josué Carrillo, hizo eco del caso de Javier Cárdenas (30) a mediados del mes de abril del 2024, con la publicación de un reportaje periodístico denominado El mundo de Javier: "A mi mamá la mataron", en el que indagamos cómo era su modo de vida y las cosas que más le gustaba hacer.

Sin embargo, la misión de este servicio público en el que dimos a conocer la situación de abandono en la que vivía Javier Cárdenas, era lograr que los entes gubernamentales de la región, instituciones públicas o privadas, se sensibilizaran con la causa y lo sacaran de la calle, pues no era ladrón ni violento.

Javier tenía 30 años de edad, aproximadamente, y cualquier persona que hablara con él, fácilmente podía darse cuenta que tenía severos problemas mentales que lo mantenían ensimismado en su mundo. Era un hombre muy retraído, de pocas palabras, que requería ayuda psiquiátrica y orientación profesional. Durante la entrevista que le hicimos, a duras apenas dijo que a su mamá la habían matado.

Por mucho tiempo, Javier recorrió la avenida 21 con calle 77 (5 de Julio), donde en las cercanías del Banco de Venezuela, improvisó un tarantín con varios objetos que rescataba de la basura. Allí, debajo de una mata de nim, pasaba sus días mirando detenidamente el cielo o las cosas que adornaban su aposento.

Meses después Javier decidió irse al centro de Maracaibo, específicamente, a los últimos pasillos del mercado Las Pulgas, donde prefería mantenerse alejado del bullicio. Comerciantes de ese recinto lo ayudaban dándole agua y comida, alegando que nunca lo vieron consumir drogas o tomando licor.

En total, fueron cuatro trabajos periodísticos que NAD difundió a través de su página web y sus redes sociales como un servicio público para ayudar a Javier Cárdenas, pero por el contrario, terminó su corta vida tendido en la parte trasera de un viejo edificio en ruinas. A Javier lo mató la calle y la insensibilidad.