La situación de los gatos que viven en distintos sectores de Maracaibo, sin atención veterinaria ni cuidados básicos — es un problema creciente que requiere atención urgente. Estos felinos, al igual que los perros, a menudo nacen en la calle o son abandonados, y enfrentan diariamente desafíos que amenazan la salud y el bienestar de la colectividad.

Aquellos que alguna vez se refugiaron en la edificación abandonada de estilo egipcio, donde funcionó el retén de Bella Vista y donde una señora que vivía con ellos los cuidaba, han regresado (82 en total), pero esta vez sin su protectora. Se alimentan de lo que los transeúntes les lanzan, en medio de charcos de orina y excrementos.

Se trata de animales sin ningún acceso a mantenimiento básico, incluyendo vacunación y desparasitación. Por ello, son vulnerables a enfermedades infecciosas, parásitos internos y externos, y a lesiones producidas por peleas o accidentes, que muchas veces se infectan.
Basura como alimentación

La búsqueda constante de alimento ha llevado a estos animales a depender de la basura y de la buena voluntad de algunos ciudadanos que les lanzan sobras desde los vehículos. Esta situación ha provocado una malnutrición severa que ha llevado a muchos a la muerte.

La falta de esterilización los ha conllevado a una reproducción exponencial, incrementándose su número. Una hembra puede tener varias camadas al año, con varios gatitos en cada una y todos están en el reten.


Higiene y malos olores
La presencia de un gran número de animales en este lugar, sin ningún control sanitario, está generando un problema de higiene y malos olores en todo el sector. La comunidad está preocupada por una posible situación de salud pública, ya que muchos niños transitan por la zona cuando se dirigen a la escuela.

Vivir en la calle implica un sufrimiento constante para estos animales: desde la lucha por conseguir alimento y agua hasta el dolor de enfermedades no tratadas y heridas sin atención.
La situación de estos gatos callejeros requiere un abordaje integral que involucre a las autoridades, las organizaciones de protección animal y a la comunidad en general, con acciones que incluyan programas de esterilización masiva para controlar la población felina de forma efectiva y humanitaria.


Por otra parte, es urgente promover la adopción de gatos rescatados como una alternativa a la compra, concientizando sobre la responsabilidad que implica tener una mascota. La indiferencia no es una opción. La vida de estos animales indefensos está en juego, y es responsabilidad de todos construir una ciudad más compasiva y respetuosa con todas las formas de vida.

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