Mientras esperaba un trasplante de un donante, el período más largo hasta la fecha de alguien con esta tecnología, recibió el implante durante una cirugía en el Hospital St. Vincent de Sydney en noviembre pasado.
El corazón artificial total (TAH) BiVACOR consta de una sola pieza móvil: un rotor levitado que se mantiene en su lugar mediante imanes. Como su nombre indica, está fabricado en titanio y no tiene válvulas ni cojinetes mecánicos susceptibles de desgaste.
Bombea sangre al cuerpo y a los pulmones, reemplazando ambos ventrículos de un corazón enfermo.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial y matan a alrededor de 18 millones de personas cada año, según la Organización Mundial de la Salud.
El paciente que pidió no ser identificado, se convirtió en la primera persona en todo el mundo en salir del hospital con el dispositivo, que lo mantuvo con vida 100 días hasta que hubo un donante de corazón disponible a principios de este mes.

Según un comunicado del Hospital St Vincent, la Universidad de Monash y BiVACOR, la compañía estadounidense-australiana detrás del dispositivo, asegura que el hombre, que tenía una insuficiencia cardíaca grave, se estaba «recuperando bien».
La capacidad del dispositivo para sostenerlo durante tanto tiempo se celebra como una señal de que el corazón artificial podría ofrecer una opción a largo plazo. El dispositivo aún se encuentra en fase de pruebas y aún no ha sido aprobado para su uso general.
El fundador de BiVACOR, el bioingeniero australiano Daniel Timms, quien inventó el dispositivo luego de la muerte de su padre por una enfermedad cardíaca, dijo que era «emocionante ver cómo décadas de trabajo daban sus frutos».
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