Martes 24 de junio de 2025
Al Dia

El "salao" sale de muchas mesas zulianas por su precio

La carne ya no forma parte del menú habitual, se vende en los mercados populares entre 1000 y 1500 Bs el kilo según la calidad

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Lo que alguna vez fue el pilar de la dieta zuliana, el "salao" o carne de todo tipo, se ha vuelto un lujo inalcanzable para la mayoría de los venezolanos. Las pequeñas bodegas, que servían de alternativa a los grandes supermercados, ahora enfrentan estantes vacíos de carne asequible, un panorama desolador que refleja una crisis.

La combinación de un poder adquisitivo diezmado y una drástica caída en la producción ganadera ha transformado la realidad del consumo cárnico en Venezuela, distanciándolo abismalmente de otros países latinoamericanos.

Edgar Medina, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), compartió su perspectiva con el periodista Eduardo Rodríguez en su programa "A Tiempo". Medina señaló que el primer semestre del año ha sido difícil, afectando a un sector que "venía trabajando en función de producir la comida y tener un estándar en el precio de la carne".

El impacto también se siente en los consumidores. "El último trimestre del año pasado, los venezolanos venían incrementando el consumo per cápita, hoy en día se ha estancado y se ha venido un poco hacia la baja", explicó Medina.

Según sus datos, el consumo se había estancado tras pasar de casi 9 a 12 kilos per cápita al año, lo que había permitido un incremento de la matanza en un millón y medio de cabezas de ganado anuales, un número que estaba "perfectamente cubierto".

Enfatizó que los precios a puerta de corral se han mantenido por más de año y medio, sin incrementos para los productores iniciales, a pesar de las fluctuaciones cambiarias.

A su juicio el precio ideal a puerta de corral debería oscilar entre 1.950 y 2.100 bolívares por kilo, según la estructura de costos. Esto sugiere una desconexión entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor final, una brecha que se agranda con factores como los costos de transporte y los insumos de producción, que se ven directamente afectados por las lluvias.

A veces, y esporádico

Para los habitantes de las parroquias de Maracaibo, el aumento del precio del "salao" ha sido implacable. Carniceros de los principales mercados confirman la drástica disminución en el consumo, que en muchos casos ha llevado a las familias a eliminar la carne de sus dietas por completo.

La inflación, la escasez de oferta y la caída del poder adquisitivo son los principales motores de esta crisis. Cada vez se necesita más dinero para comprar la misma cantidad de carne, convirtiéndola en un alimento inasequible para la mayoría.

Esto ha forzado a las familias a buscar alternativas más económicas como legumbres, pastas, arroz y algunas vísceras.

La realidad de los precios es contundente. Un kilo de carne en una carnicería puede costar hasta 1.200 bolívares (carne de segunda), mientras que la de primera asciende a 1.500 bolívares. El codiciado lomito supera los 1.800 bolívares el kilo.

"No en toda mesa maracucha diaria se puede servir un bistec, es a veces y esporádico", comentó Milagros García en la carnicería Los Hermanos, mientras compraba carne molida. En mercados populares como Las Pulgas, el kilo de carne de segunda se encuentra entre 1.000 Bs y 1.200 Bs

Marcos Torrealba, vendedor en una carnicería en Las Pulgas, resumió la situación sin rodeos: "El bistec, un plato común en la mesa venezolana se ha transformado en un lujo inalcanzable, reflejo de una economía que asfixia el poder adquisitivo".

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Noticia al Día/ Fotos Will Marval

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