Fue una ceremonia impregnada de una estoica tristeza la que se vivió, el pasado lunes, en el municipio Mara, donde el pueblo tributó una solemne despedida a uno de sus artistas mas insignes. Noticia Al Día presenta la crónica y testimonio de Alexis Blanco, presente en la muy sentida ceremonia popular.
LEONEL MUÑOZ, IN MEMORIAM…Aún cuando también estuvo ese sol calcinante despidiendo a su hijo ilustre, artista escultor y poeta, todos recordaron su primera obra pública, inspirada en el eclipse solar del 26 de febrero de 1998. Todos lloraban, a su manera: su mamá, sus hermanos y sobrinos, gente del pueblo muy bonita y con esa misma mirada suya, de esmeralda, que desafío a la muerte varias veces y con éxito. Quizás tuvo su vainita con ella, con La Parca. Triste y con voz de marullo ahogándose en alguna ensenada, Marbely Boscán, amiga de Leonel de toda la vida, abrazó muy fuerte al maestro Nicanor Cifuentes Gómez y fue un abrazo cósmico, de infinitos recuerdos sobre un ser que transformó sus manos en símbolos de su raza añú. Un hombre íntegro y de su pueblo fue siempre Leonel.
Muy temprano, en esta mañana de lunes 16 de junio, la bienamada camarada, Keyla González, escribió para invitarme a abordar ese autobús rojo que nos llevó hasta el lar de Leonel. La funeraria es un antiguo caserón contiguo a la iglesia y a la plaza Bolívar del municipio Mara, donde su pueblo tributó al maestro Leonel Muñoz un muy sentido homenaje cívico y cultural. Ahí, hubo Guardias Honoríficas, palabras y canciones, amén de oraciones, para el artífice.
En este punto cito unas letras de Ildefonso Finol, hermano, insuperables para el trance:
Leonel Muñoz
Leonel Muñoz es escultor de sí mismo
Leonel Muñoz es un guerrero muy valiente, karei kayawuori, en varias ocasiones ha vencido la muerte.
Él es la fuerza que se ve en sus esculturas.
Los héroes que brotan de su manos taumatúrgicas son portadores de esa energía cósmica que Leonel Muñoz heredó del Cacique Nigale, su ancestro más venerado.
Por eso el primo Leonel Muñoz ha andado con tanto poder por estas horas de la menguada Humanidad que se ha dejado tirar por el barranco.
Unas fieras de hierro y asfalto quisieron destruirlo y apenas lograron arrancarle un pedazo de pierna. Leonel levantó la mirada al abuelo Sol y se dejó hundir en las olas del Lago, nuestra Madre Agua, la Tinaja grande del sol amada, y caminó todo lo que quiso.
Nada material lo detuvo. Él siempre vence.
En todas partes admiran su obra, porque sabe ser original y honrado.
Leonel Muñoz tiene mucha historia.
Hay muchos árboles que son sus amigos.
La tierra de Mara lo sostiene.
Nunca lo abandona la luna de los pescadores, ni el canto de las aves silvestres, ni el coro aronioso del cardumen añú.
Choncho
Hoy 10 de junio que visité al hermano Leonel Muñoz”.
Gretzy Atencio, Danny Olegario Ortega y el hermoso niño, Jesús David Díaz, El Niñó Fluá o niño flauta con su ojo blanco, transustanciaron la música y el alma de quien nunca dejará de vivir en los corazones de sus mojanenses congéneres. Es el sol y es una lágrima petrificada en la tristeza.
Al lado del féretro de Leonel Muñoz, con Papá Dios como eximio testigo, la cantora del manglar, Gretzy Atencio, se deja correr desde la sangre hacia la red yerta de su hermano añú. Y es un lamento teñido de ternura, un “lullaby” estremecedor el que ahí nos instigó a llorar su adiós:
Paisa querido del alma
Del arte monumental
Hoy te quiero modelar
Una infinita calma
Queda marcado en tu palma ,
Iluminado creador
Tu gran brillo y tu fulgor
Leonel es nuestro alquimista
Un excepcional artista
Extiende tu resplandor
Una décima de Gretzy Atencio…
También anduvo, damos fe de ello, nosotros, los barrocos cronistas alucinados, Juan Belmonte Guzmán, por gracia de ser él quien compusiera las gloriosas notas del Himno de Mara. Sonreía mientras escuchaba hablar a Dora Morán, diputada indígena, cuya voz eclipsara de dolor en algún instante de su emotivo discurso. Ya hace tanta falta la donosura artística de Leonel, el muchacho de Los Mayales, que así llamaban a su escuela primaria. Ya allí manifestaba esa absoluta vocación por modelar cualquier sueño vivo.
La materia prima de sus grandes gloriosas esculturas. Personalmente, este Barroco Cronista tampoco olvidará el 23 de julio de año 1995, cuando Leonel Muñoz se trasladaba hacia Calabozo, estado Guárico, junto a una delegación de artistas del Zulia para develar el busto del General Rafael Urdaneta, obra de su creación que pretendía donar a aquel poblado, durante su participación, junto con otros artistas zulianos, sufre un accidente, dejándolo discapacitado al serle amputada una pierna.
Un héroe noble de Mara que se ha ido, entre aplausos y vítores desde el corazón de su lar nativo. Creí ver también, junto con Belmonte, al también maestro escultor, José Nicanor Fajardo y a los hermanitos trovadores, los Palmar. Vainas de ese sol que te ciega…
Descansa en paz, maestro Leonel Muñoz…



Fotos: Alexis Blanco
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Texto e imágenes: Alexis Blanco/Noticia al Día